Fueron cuatro los segundos que pasaron
hasta que pude encontrarte entre los rostros congelados.
Y pasó una eternidad al mirarte y contemplar
en tus ojos reflejada mi mirada.
Y hoy bendigo las razones casuales por las que decidiste
elegir mi banco para esperar, para encontrar...
Fue tu roce, fue tu aroma, despertando mis hormonas,
lo que me obligó a cerrar la mente y respirar, y controlar la activación.
Y mi razón se convirtió en buscarte entre las calles, en los parques, tiendas, bares;
en sonrisas y destellos de cristal.
Quien siguió la consiguió y esta historia comenzó a brillar.
Y buen día te atreviste a confesarme que tenías tanto miedo
a que yo supiera de tu realidad, y no comprendes…
Que no es tu signo positivo el que invierte en conflictivo
las cosas del querer.
Que eres tú quien me revuelve, que eres tú quien me enamora,
tú quien me convierte en la mejor persona.
Y si tengo que gritarte lo que siento:
Te digo que te quiero con tu suerte, con tu mierda,
con pasado, con presente, con o sin enfermedad.
Y tú no ves que quiero seguir comiéndote a besos…
Y tú que no ves que quiero seguir comiéndote a besos…
Y es que el miedo que yo tengo es simplemente
no poder saborearte lo suficiente.
Es dejarte escapar, es vivir sin apostar
por quien juega con la mano más potente.
Son tus ojos, no tu sangre, los que rastrean mi cama,
cada noche y cada día al despertar...
Y es tu sexo, no tu sangre, el que se adentra protegido
entre los huecos más oscuros de mi intimidad, y no comprendes...
Que es tu risa, no tu sangre, quien contagia de alegría,
las esquinas, los rincones de mi vida.
Que eres tú, que no es tu sangre, quien invade de felicidad mis días.
Que no es tu signo positivo el que invierte en conflictivo
las cosas del querer.
Que eres tú quien me revuelve, que eres tú quien me enamora,
tú quien me convierte en la mejor persona.
Y si tengo que gritarte lo que siento:
Te digo que te quiero con tu suerte, con tu mierda,
con pasado, con presente, con o sin enfermedad.
Y tú no ves que quiero seguir comiéndote a besos…
Y tú que no ves que quiero seguir comiéndote a besos…
Rozalén
Rozalén
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