viernes, agosto 12, 2011
Pasaba por aquí
La hora fue, sin duda,
lo que me hizo subir,
al ver aún encendida
la luz en la ventana de David.
No pienses que te espío,
no llego a ser tan ruin;
es torpe que tú creas
que quiero sorprenderte en un desliz.
Y bien, qué tontería,
no soy nada sutil,
si yo sólo pasaba,
pasaba por aquí,
pasaba por aquí,
ningún teléfono cerca
y no lo pude resistir,
pasaba por aquí...
Que esperas que te cuente,
hay poco que decir.
Tal vez me vaya un tiempo
no aguanto este coñazo de Madrid.
Te veo muy distinta,
es nuevo ese carmín.
Estás mucho más guapa,
será que te embellece ser feliz.
Qué cosas se me ocurren
todo esto es tan pueril,
si yo sólo pasaba,
pasaba por aquí,
pasaba por aquí.
Luis Eduardo Aute
Pedro Guerra
Luis Eduardo Aute y Pedro Guerra
El marido de la peluquera
De niño bailaba canciones del moro,
el baile venía de adentro y así se inventaban los modos.
De niño soñaba olores profundos,
las mezclas de espuma, colonia
y sudor de unos pechos desnudos.
Creció con su sueño y un día le dijo:
Acabo de verte y ya sé que nací pa' casarme contigo.
Matilde mi vida, Matilde mi estrella,
le dijo que si nos casamos Antoine y bailó para ella.
Y abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día
ya no quiera bailar conmigo nunca más.
Cariño y ternura, colonias y besos,
te tengo, me tienes,
quisiera morirme agarrado a tus pechos.
El amor es tan grande, tan sincero y sentido,
que un día de lluvia Matilde
acabó por tirarse en el río.
Y abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día
ya no quiera bailar conmigo nunca más.
Mejor buenos recuerdos que un pasado perdido,
por eso un buen día Matilde acabó por tirarse en el río.
Lo que fue tan hermoso que no caiga al olvido,
te estaré recordando por siempre
Matilde que tú no te has ido.
Y abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día ya no quiera bailar conmigo.
Abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día
ya no quiera bailar conmigo nunca más.
Pedro Guerra
miércoles, agosto 10, 2011
Calle Melancolía
Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse,
soy esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Joaquín Sabina
Carmen París
Pa mi genio
Con tanta palabrería
Me quisiste engatusar
Con tanta palabrería
Soplaba el cierzo ese día
Y se la debió llevar
No creas que me arrebato
Ni me harto de llorar
No creas que me arrebato
Pero piénsalo despacio
Como sigas con la idea
De enredarme en tus vaivenes
Se me van a desatar.
Mira que ya te lo dije
Pero te voy a aclarar
Ni tengo el cuerpo pa(ra) bailes
Ni las ganas de bailar
No digas que te amenazo
Ahí tienes la claridad
No digas que te amenazo
Pero piénsalo despacio
Como sigas con la idea
De enredarme en tus vaivenes
Se me van a desatar.
Carmen París
lunes, agosto 08, 2011
Acabo de llegar
Qué te voy a decir
si yo acabo de llegar
si esto es como el mar
quién conoce alguna esquina.
Dejadme nacer
que me tengo que inventar
para hacerme pez
empecé por las espinas.
Nunca lo escribí en un papel
y nunca me ha encantado mi voz
y tú ahora me preguntas qué hacer
Y yo que siempre voy detrás del error
que canto a lo que nunca tendré
al beso que ella nunca me dio
Dime tú qué puede saber
alguien que ha pasado la vida
buscando la melodía
Qué te voy a decir
si yo acabo de llegar
si esto es como el mar
quien conoce alguna esquina.
Dejadme nacer
que me tengo que inventar
para hacerme pez
empecé por las espinas.
La vida es algo que hay que morder
y en cada boca tiene un sabor
tus huesos no los tapa mi piel
por eso siempre digo que no
ahora tengo cosas que hacer
que aún me queda media vida
para encontrar la melodía
Qué te voy a decir
si yo acabo de llegar
si esto es como el mar
quién conoce alguna esquina.
Dejadme nacer
que me tengo que inventar
para hacerme pez
empecé por las espinas.
Fito & Fitipaldis
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