domingo, julio 19, 2015
Los caminos del Señor
La otra tarde en una iglesia,
que era fiesta de guardar,
me dio un ataque de amnesia
no podía recordar
a quién coño fui a rezar.
Yo que siento por Jesús,
yo que siento por Jesús
repelús.
Imaginad mi problema,
cualquier otro sin mi fe,
con seguridad, blasfema
o se va a tomar café.
Pero yo no flaqueé,
no podía estar allí,
no podía estar allí
porque sí.
"He perdido la memoria",
le expliqué a un santo varón.
"Eche una jaculatoria
o una salve a mi intención,
tengo un lío del copón.
No comprendo, ay de mí.
No comprendo, ay de mí,
que hago aquí."
"Calma", me dijo el beato,
"por mi honor de sacristán,
rezaré a San Cucufato
y tus recuerdos volverán
o sus huevos sufrirán."
Y le ató al pobre un cordel,
y le ató al pobre un cordel.
¡Qué cruel!
Recuperé por entero,
gracias a su intercesión,
la memoria y un mechero
que no entraba en la oración.
¡Eso sí que es devoción!
Le quedaba además,
le quedaba además
mucho gas.
Le di lumbre a un monaguillo
y una hostia al sacristán,
y les vacié el cepillo
a San Cosme y San Damián,
recordando que mi plan
era entrar a aquel lugar,
era entrar a aquel lugar
a robar.
Tú que nunca vas al templo,
tú que estás en el error,
toma de mi historia ejemplo,
rectifica pecador
y recorre sin temor
los caminos del Señor,
los caminos del Señor.
¡Sí señor!
In memoriam
Javier Krahe
miércoles, julio 01, 2015
Tengo en el pecho una jaula
Tengo en el pecho una jaula,
en la jaula dentro un pájaro,
el pájaro lleva dentro del pecho
un niño cantando
en una jaula
lo que yo canto.
El viento quisiera ser:
el viento que pasa y deja
un paisaje estremecido en tus ojos
y en el oído el eco.
El eco de una voz
que viene de muy lejos
y muy dentro de ti te canta
que eres tú también el viento cuando pasa.
Tengo en el pecho una jaula
La noche quisiera ser.
La noche que con agujas de cristal
teje tus sueños
y el delirio que te enciende
cuando más sola estás
y nada esperas,
contigo a solas soñando
el negro sauce de la noche que te envuelve.
Tengo en el pecho una jaula
La lluvia quisiera ser.
La lluvia mansa que cae
como un rumor de manzanas
en el desván de tu infancia lejos...
Y las primas jugando a casa casa
Para el ardor del alma
la lluvia fresca en el valle del silencio.
Pero tengo en el pecho una jaula,
en la jaula dentro un pájaro,
el pájaro lleva dentro del pecho
un niño cantando.
Tengo en el pecho una jaula,
en la jaula dentro un pájaro,
el pájaro lleva dentro del pecho
un niño cantando,
en una jaula,
lo que yo canto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)