martes, mayo 06, 2014
Juegos de azar
Recordarás la primera vez
que con su trajín nos juntó la vida,
llamaste al timbre para vender
libros sobre razas desconocidas...
¿Qué nos sucedió?
Que acabamos desnudos
jugando abrazados
sobre el parquet
al juego del amor.
Luego te marchaste sin dejar ni un papel
con tu nombre y tu dirección,
alguien te esperaba donde siempre a las tres
y eran ya más de las dos.
Volví a encontrarte meses después,
la casualidad me cruzó contigo
en el vestíbulo de un hotel:
"¿Qué demonios andas haciendo en Vigo?"
Cuando me desperté
me besabas los párpados.
"¿Cómo te llamas?", te pregunté
después amaneció.
Y así fue como el tabique de aquel hotel
que nos separaba cayó;
tú tenías el cuarto ciento cuarenta y tres,
yo el ciento cuarenta y dos.
Lustros pasaron sin que el azar,
duende juguetón, sus hilos moviera;
casi me había olvidado ya
de tus pies subiendo por mi escalera...
Pero antesdeayer
en un cine de barrio
una voz me llamó
desde el ambigú,
y supe que eras tú.
Y la rara historia otra vez se repitió
unos cuantos años después,
en taquilla te habían dado la fila dos
y a mí me dieron la tres.
Joaquín Sabina
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