Hoy que te amo, mujer, amiga y compañera,
vamos a creer que nuestras manos crecen,
y que tenemos mil dedos o diez mil, y que todos
son como antorchas que a la noche amanecen.
Hoy que te amo, voy a incendiar el aire
con la risa y el beso de tu voz y la mía.
Voy a aventar lo que de bueno tenga
con tu contacto de piel amanecida.
Hoy que te amo, dejará de ser
la libertad una palabra escrita en la pared.
Hoy que te amo, el mundo, tú y nosotros
baila en corro una danza solidaria,
y se buscan las manos y nuestro amor de golpe
como una lluvia fértil se derrama.
Estaba yo, ¿te acuerdas?, cantándote estas cosas
junto a la puerta del Museo del Prado.
Un hombre se acercaba, muy amable nos dijo:
"Está prohibido que estén aquí sentados".
Pablo Guerrero
Pablo Guerrero
Luis Eduardo Aute
Para Emilia, el Sol de mi vida
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