lunes, enero 01, 2007

La Puerta de Alcalá






Acompaño a mi sombra por la avenida,
mis pasos se pierden entre tanta gente,
busco una puerta, una salida
donde convivan pasado y presente...

De pronto me paro, alguien me observa,
levanto la vista y me encuentro con ella.
Y ahí está, ahí está, ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.

Una mañana fría llegó Carlos III con aire insigne
se quitó el sombrero muy lentamente
bajó de su caballo con voz profunda
le dijo a su lacayo: ahí está la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá.

Lanceros con casaca, monarcas de otras tierras,
fanfarrones que llegan inventando la guerra,
milicias que resisten bajo el "no pasarán".
El sueño eterno como viene se va
y ahí está, ahí está la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá.

Todos los tiranos se abrazan como hermanos,
exhibiendo a las gentes sus calvas indecentes,
manadas de mangantes, doscientos estudiantes
inician la revuelta son los años sesenta
y ahí está, ahí está la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá.

Un travestí perdido, un guardia pendenciero,
pelos colorados, chinchetas en los cueros,
rockeros insurgentes, modernos complacientes,
poetas y colgados, ¡aires de libertad!
Y ahí está la Puerta de Alcalá.
Ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá.

La miro de frente y me pierdo en sus ojos,
sus arcos me vigilan, su sombra me acompaña,
no intento esconderme, nadie la engaña,
toda la vida pasa por su mirada.
Mírala, mírala, mírala, mírala, mírala
la Puerta de Alcalá.

Mírala, mírala, mírala, mírala,
la Puerta de Alcalá.


Víctor Manuel y Ana Belén